martes, 23 de febrero de 2016

Atractivo y variado microcosmos



Plural exposición de artistas mexicanos.


Desde hace unos días se exhibe en la galería principal del teatro “José Peón Contreras” una colección de  pinturas, grabados y esculturas que el gobierno federal obtuvo mediante el  sistema de pago en  especie utilizado por los creadores para cumplir con sus obligaciones tributarias con el fisco.

La Secretaría de Hacienda transfirió esas obras a la autoridad de Yucatán para que este las promueva y exponga en forma permanente en distintos recintos para darles difusión. Parte de ese material fue producido hace 16 años.

Esos trabajos son un segmento de un gran acervo nacional que comenzó a formarse en 1957 cuando, a  propuesta del muralista David Alfaro Siqueiros, se determinó aceptar esa forma en que los artistas puedan cumplir con  sus impuestos. Esto beneficia a los creadores y a los admiradores del  arte.

Esta  es la primera vez que el gobierno de Yucatán  tiene bajo su control y protección permanentes un conjunto de obras provenientes de artistas de distintas partes del país.

Esa colección que se muestra en el teatro ya citado consta de 69 piezas. Ella permitirá a los artistas visuales locales y al público local estar en contacto constante con la obra de pintores, grabadores y escultores de otras regiones y así conocer de sus técnicas, sus líneas conceptuales y el  estilo que los caracteriza así como los temas que eligen para expresarse.

Las variadas dimensiones de los cuadros y piezas escultóricas son parte de los elementos que marcan las diferencias.

Debido a que todos esos trabajos corresponden a distintos autores y fueron acopiadas en épocas diferentes, ese acervo no tiene una cohesión total,  aunque puede encontrarse en él  ciertos puntos de unidad. Pero esta mezcla permite tener una visión general de tendencias recientes del arte mexicano.
En el pequeño cartel que se colocó para explicar esa exposición, se dice que los temas y estilos ahí presentados “van desde las fuertes influencias académicas hasta los diversos tipos de abstracción”.

Se agrega que otra característica que se observa en esa exposición es la tendencia que hay en varios cuadros “a superponer obras de gran cuidado en la figuración con entornos abstractos”.

“Se ven muchos ejemplos de figuras reconocibles, sobre todo humanas”, prosigue el texto. “A su vez, las obras abstractas muestran ejemplos de lirismo y también de una fuerte expresión”.

“Todo el conjunto, con sus enlaces y divergencias, deja en claro la persistencia de una recia vitalidad en  el arte mexicano”, finaliza el comunicado.

Entre los trabajos que ahí se muestran está “La mesa”, un  grabado de Antonio Valencia García realizado en 2010; la acuarela “Develación”, realizada por Luis González Medina en 1999, y “Savana”, una pieza de resina policromada de Ulises Sánchez  Morfín, realizada en 2013.

En materia escultórica están los bronces “Vochito”, de Alberto García Neva, creado en 2011,  y “Agazapado”, de Alejandro Fuentes  Gil, realizado en 2013.

Hay una laserografía sobre  papel denominada “Profilaxis mas 4 Chiapas”,  hecha en 2010 por Luis Ricaurte Villota. Se ve también un trabajo de alambre y pintura elaborado en 2008 y bautizado como “Casa/hogar” por su creador Rusell  Birks Bucks.

Entre los cuadros de gran tamaño están “Torso masculino con ave”, creado en 2001 mediante la combinación de técnicas de pastel y óleo sobre papel, y realizado por José Fors Ferro. Otro más es un acrílico  sobre tela denominado “Iglesia en día de fiesta”, hecho en 1999 por Leni María Von Bertrab Schott.

En esa colección se ofrece además grabado, monotipia, gráfica, punta seca, linografía y serigrafía así como resina policromada, grafito, lápiz, carbón y, por supuesto, óleo. Hay también combinación  de óleo con carbón, vinílica y técnica mixta.

Hubiera sido deseable que esa exposición ocupara un espacio más grande y se incluyera información sobre los artistas así como mayores datos sobre  los trabajos que ahí se muestran. Sería interesante saber, por ejemplo, cuántos autores son los que hicieron esas obras y de entidades federativas proviene. También conocer cuántas producciones hay ahí por cada género o técnica,  o bien agruparlas por año  en que fueron realizadas, e informar cuál es la más pequeña y la más grande, etcétera.


De  todas formas, incluso con la escasa información disponible, es disfrutable recorrer esa muestra y sumergirse en ese mundo de tanta variedad. (Mérida Cultura)  

martes, 16 de febrero de 2016

Pintor sin preferencias




Muestra  a beneficio de una fundación.


Su exposición tiene un título romántico: “Corazón  de mil colores”, es una muestra que exhibe la variedad de géneros pictóricos que él aborda y nos dice cuál es el estilo que él eligió para expresarse.

Nos referimos a la cuarta exhibición de cuadros que el artista Ricardo Cáceres pone a la vista del público para someterse ese temido examen por  el que pasa todo pintor al momento de entregar su trabajo a la opinión de los demás, ya sea que estos sean expertos en arte, aficionados a la pintura o neófitos en la materia.

Estos escaparates son esa etapa que genera ansiedad entre los creadores al tener que contrastar su planteamiento artístico con el que tienen aquellos que observan su obra. Y este escrutinio del público siempre está influenciado por variables distintas al ambiente y circunstancias en que los cuadros fueron realizados.

En unas ocasiones el espectador sólo tiene tiempo de echar un  vistazo a ese trabajo, pero en otras se detiene para examinarlo. A este factor se agrega que el  estado anímico de quien los observa es muy plural, y que todos tienen sus  gustos y preferencias.

Es común que el público se deje  guiar por el simple camino de lo que sus sentidos le dicen y los recursos interpretativos con los que cuenta pues considera que no necesita más para evaluar la calidad de una obra.

A pesar de ese variado universo juzgador, la obra de Ricardo Cáceres tiene el atributo de captar, aunque sea fugazmente, los ojos y atención del público. La mayoría de sus cuadros son grandes y en muchos de ellos hay colores llamativos.

En esta exposición de la que hablamos, este creador nos deja ver que su pintura es variada, aborda distintos géneros pictóricos: retrato, paisaje, arte equino, naturaleza…No se ha definido por ninguno de ellos, y quizá no lo haga. El manejo del pincel es, en unos casos, sencillo, y en otros, laborioso.  
 
Ricardo Cáceres lleva apenas dos años de trayectoria y ya realizó dos exposiciones locales y otra más  fuera de Yucatán. La muestra a que nos referimos en esta nota está en el Pasaje Picheta, consta de 13 pinturas y es organizada por la agrupación Colores 33, integrada por igual número de artistas visuales.

Una de las piezas en exhibición se ofrece a $24,000. Parte de lo que recaude en la venta de esos cuadros será destinado a la Fundación Elda Peniche Larrea, A.C., la cual apoya a niños con deficiencia auditiva, un padecimiento que afecta a Ricardo Cáceres, de 31 años de edad.


Esta exposición está a disposición del público durante todo este mes de febrero.  (Mérida Cultura).

lunes, 1 de febrero de 2016

Singular y hermosa fusión




Metal y cerámica mezclados en artísticos objetos


La vida del jalisciense Jesús Guerrero Santos -artista de la cerámica y el  metal- es tan interesante como su obra, ambas comparten la singularidad de sus circunstancias. En estas fechas Yucatán tiene oportunidad de conocer una de esas facetas gracias a una exposición de ese creador que está  a la vista del público durante febrero, marzo y abril en el Museo Fernando García Ponce-Macay.

Foto de Informador.com
Nacido en el  poblado de San  Martín Hidalgo, en una familia de cinco hermanos, Guerrero Santos es un artista cuyas obras han sido expuestas en el país y el extranjero. 
Entre sus trabajos está un relicario que llegó al Vaticano hace 15 años para la ceremonia en que fueron canonizados 25 mártires mexicanos. También fue invitado por la Santa Sede para decorar en una ocasión el pino navideño que se instala ahí.

La calidad y demanda de la obra de este creador se refleja en los precios de sus producciones.  Una pequeña y sencilla caja de cerámica que puede servir de alhajero se cotiza en $700, y una pieza que combina barro vidriado y alpaca (metal parecido a la plata), con medidas de un metro de alto por 70 cm de ancho, alcanza los $5 millones.

Jesús Guerrero nació en el pueblo de San Martín Hidalgo pero estudió y se estableció en  Guadalajara. Cursó tres años de arquitectura, después estuvo cinco años en el Seminario de la zona pero descubrió que su vocación no es la sotana, y entonces se matriculó en la licenciatura de Ciencias de la Comunicación, en  el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente  (Iteso), donde concluyó la carrera y cursó una  maestría en Desarrollo Humano.

Es cinéfilo, siendo estudiante promovió durante varios años el cine de arte. Antes de definir su vocación fue durante tres año empresario de bienes raíces y después probó suerte en la industria gastronómica. En 1988 se inició en la cerámica y el manejo del metal, y tres años después el reconocimiento que le dio su trabajo hizo que el gobierno lo nombrara director del Instituto de Artesanías Jalisciencie, donde permaneció cinco años.

Su labor creativa recurre a las técnicas de cerámica vidriada de Talavera y mayólica, la cual combina con  elaboradas composiciones metálicas inspiradas en el renacimiento italiano y el barroco español. 
Otro elemento más de sus creaciones es recurrir a imágenes religiosas, paisajes costumbristas, héroes nacionales, la fauna y figuras simbólicas del país, según el caso, para decorar, junto con piedras, sus obras.

Su producción, en la que predominan los colores azul y plata, abarca candelabros, crucifijos, cajas, tibores, jarrones, cofres y otros recipientes  más, así como ceniceros, platos, centros de mesa, relicarios y otros objetos decorativos y utilitarios.

Con motivo de un aniversario de la independencia nacional produjo piezas inspiradas en la campana de Dolores y el águila que adornó el  escudo real durante la época del imperio mexicano.

Su técnica y estilo es fruto de los 25  años que lleva en el oficio, período en el que estudió lo hecho en siglos anteriores en materia de cerámica y orfebrería y revisó las colecciones que renombrados museos tiene en ese campo. De ahí desarrolló una personalidad  creadora diferente y propia pero  que a al mismo tiempo recrea la artesanía tradicional. De esta forma genera nuevas formas que derivan en piezas únicas.

La exposición que se ofrece en el museo de arte contemporáneo de Yucatán se denomina precisamente “Cerámica y metal”, es un  conjunto representativo de toda su obra.


Esa colección está en una sección del museo que ya está abierta al público después de un año en que el recinto estuvo cerrado totalmente para un remozamiento que todavía no está listo a pesar del tiempo y la la millonaria inversión realizada en esa tarea.

Esa exposición tiene escasa información sobre el artista y su obra, esos datos tampoco están en el portal de internet –no está actualizado- de ese museo, el cual merece una suerte mejor a la que tiene actualmente. (Mérida Cultura).