Falta apoyo para llevar público a galerías, museos y otros recintos de artes visuales.
En nuestra ciudad y el estado en general
falta un sistema de difusión para dar a conocer el trabajo de los artistas y
creadores locales, en particular los del ramo de las artes visuales que son las
menos buscadas por el público y que están debajo de las preferencias que gozan
el teatro, la música y otras artes escénicas.
Los pintores, grabadores y escultores locales
pasan calvario para hallar dónde mostrar sus obras, y cuando consiguen un
espacio no hay publicidad para llevar hasta ahí a la población en general. Casi
siempre vemos en esas muestras a las mismas personas que gustan de estas
expresiones creativas.
Quizá por ello hubo la presión para que se
permitiera a un grupo de pintores ocupar cada jueves el Parque Hidalgo y
exhibir y vender ahí durante el día sus cuadros. Ese sitio de reunión es lugar privilegiado para ese fin pues está en el corredor turístico, junto a
cuatro hoteles y al paso de miles de meridanos que a cada momento atraviesan
ese estratégico punto del centro histórico.
Lo mismo ocurre todos los fines de semana,
por las noches, en el Parque de la Madre, donde los pocos artistas que exponen
ahí al aire libre pueden considerarse privilegiados por haber conseguido ese
permiso del gobierno municipal.
Hay otro intento más de ese tipo en el Parque
de Santiago, pero con la desventaja en este caso que el movimiento en ese
espacio recreativo es notablemente menor, tanto de meridanos como de turistas.
Las galerías que abren sus puertas a los
artistas de las artes visuales deberían contar con dinero oficial para difusión
y publicidad. Nuestros empleados, los gobernantes, deberían destinar parte de
nuestro dinero (los impuestos) para esa tarea.
Ejemplo de lo planteado lo encontramos en
estos días en una rápida caminata por el Centro Histórico, donde encontramos
tres exposiciones que deberían recibir más promoción que la simple invitación a
los medios difusión -¿por qué a estos les interesa tan poco las artes
visuales?- para estar presentes en las inauguraciones y entrevistar a los
expositores.
En el Pasaje Picheta hay una muestra
colectiva de estudiantes del ramo, la cual se exhibe junto con una escultura.
En la entrada y en el interior no hay un solo cartel que informe sobre esa
actividad. Tampoco se sabe el nombre del autor de la pieza esculpida. Ese lugar
es propiedad del gobierno estatal, es un espacio que cae bajo el mando de la
Secretaría de la Cultura y las Artes, y quizá también de la Dirección de
Historia y Museos de Yucatán.
Por tanto, hay recursos económicos para cubrir
las necesidades de ese recinto.
La UNAM abrió a unos pasos del parque de
Santa Lucía una oficina de su Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias
Sociales (Cephcis). Actualmente expone ahí el pintor oaxaqueño Luis José (no
usa sus apellidos). Es otro ejemplo de proyectos que necesitan difusión. Esa
exhibición se denomina “De lo terrenal”, son 19 cuadros sobre habilidades y
actividades humanas contemporáneas.
Ese trabajador plástico es egresado de la
licenciatura en Artes Plásticas de la Academia San Carlos, y tiene un posgrado en Gráfica de la Escuela
Nacional de Bellas Artes de Varsovia, Polonia.
Otro caso más que citamos es el vestíbulo del
Teatro Felipe Carrillo Puerto, donde con frecuencia vemos colgadas pinturas y
fotografías en sus paredes. Actualmente exponen ahí doce universitarios con
inclinaciones a las artes visuales. La mayor parte del tiempo ese espacio
permanece sin público. Las pocas veces que vemos ahí multitudes es cuando hay
algún buen espectáculo escénico y entonces la gente se detiene ante los cuadros
mientras espera ingresar o cual sale de la función.
Los hoteles Casa del Balam y Posada Toledo
con frecuencia exponen en sus interiores obras de artistas que ya tienen
trayectoria o que se inician en esa difícil tarea. Son sitios, al igual que las
galerías privadas, que deben recibir apoyo para la difusión.
Mientras eso ocurre, va el grano de sal, la
gota en el desierto, de este blog creado para difundir el trabajo de los
artistas y acercar a mayor parte de la población a las bellas artes. (Mérida
Cultura)