Juntos en una exposición para contrastar técnicas y motivos.
Desde el viernes pasado se abrió en la
galería central del teatro José Peón Contreras una interesante exposición que
reúne a dos estilos contrastantes pero provenientes de una misma paleta
genealógica, son obras de Ermilo Torre Gamboa y del nieto de este, Jorge Espinosa Torre.
Don Ermilo, quien en marzo pasado cumplió 90
años de edad, presenta ahí una colección de 27 de los muchos trabajos realizados a lo largo
de 60 años de carrera profesional. Es una retrospectiva que permite analizar la
evolución del pintor en ese lapso, el cual nunca perdió el estilo que lo caracteriza.
Este artista puso a esa muestra el título “Despertando
conciencias” y, según la presentación que se hace de la misma, permiten
adivinar las características, temperamento y sensibilidad del autor.
Se agrega que Torre Gamboa ha realizado más
de 80 exposiciones, parte de ellas en el Palacio de Cristal de El Retiro, en
Madrid, así como en Cuba y Estados Unidos.
El retrato y el cuerpo humano son temas
recurrentes en los cuadros de esta exposición. Uno de ellos es un autorretrato. El pintor aparece en una escena junto con personajes de la historia mexicana.
Se muestra a sí mismo sonriente, flanqueado por Felipe Carrillo Puerto y Pancho Villa.
Hay además dos grandes retratos de sendos
personajes mundiales: Mahatma Ghandhi y la Madre Teresa de Calcula. Junto a
ellos está el rostro inconfundible de la escritora Elena Poniatowska. Hay otro
retrato más, corresponde a la periodista y catedrática universitaria María
Teresa Mézquita.
Hay también réplicas de un Rembrandt y un
Velázquez, los cuales probablemente hizo el pintor como parte de su trabajo de
formación.
En otra
sala, cuyo acceso está marcado con frases pintadas en el muro,
están 16 óleos y acrílicos de Jorge
Espinosa Torre, nieto de don Ermilo y quien destaca por su trabajo en la
corriente “hiperrealista”. Sus cuadros parecen fotografías.
Al igual que su abuelo, este joven artista se
enfoca en los rostros, particularmente en los ojos. Con su trabajo logra un
asombroso realismo, lo cual es característica de esa corriente radical.
Una de esas obras es una pintura sobre su abuelo.
En ella muestra los ojos y las manos de este pintor, los dos elementos necesarios para
crear las obras. Hay otros cuadros más de rostros infantiles que, quizá por
falta de espacio, se exhiben en soportes horizontales.
Esa muestra fue bautizada con el título de
“Espejo infinito”. Es un nombre que va bien a esas obras que parecen copias reales
de gente, como si ellas estuvieran frente a un espejo.
Este joven creador hizo estudios en el Centro
Cultural Cabañas, en Jalisco; y su licenciatura en Artes Visuales en la
Universidad de Guadalajara.
Desde 2007 ha realizado exposiciones individuales y
colectivas en la ciudad de México, Oaxaca, Aguascalientes, Guanajuato y Cuba. Ha recibido becas y premios, su obra figura
en catálogos, subastas y colecciones oficiales y privadas.
Estas dos exposiciones estarán abiertas al público
hasta el 15 de diciembre. Pueden ser visitadas de martes a domingo en horario de 9 de la mañana a 9
de la noche. (Mérida Cultura)
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