La obra de León Belauzaran visita Mérida.
Las poblaciones indígenas del país siempre han despertado
interés entre los artistas visuales. La profusión de elementos que hay en la
vida de esos pueblos impele a los artistas a capturarlos en pinturas,
fotografías, esculturas y otros medios más para mostrar la singular belleza de
esas comunidades, sus particulares formas de vida o la estrujante desigualdad
que padecen.
El pintor chihuahuense León Belauzaran es uno de ellos. Esto
puede verse desde la semana pasada en esta ciudad en una exposición de 18 cuadros
de distintas técnicas y tamaños que ese artista montó en el Pasaje Picheta.
Con 66 años de edad este creador sigue gustosamente atrapado
en la pluralidad antropológica de las etnias mexicanas. Esa es la principal
corriente de su pincel desde que dejó las escuelas San Carlos y La Esmeralda y
se lanzó a la conquista de sus propios espacios. Ese camino lo comenzó en su
condición de alumno de distintos pintores que lo ayudaron a emprender su camino
hacia temas mexicanos.
En sus obras este creador nos muestra aspectos de algunos de
los muchos pueblos indígenas que forman la riqueza cultural mexicana. Los
quehaceres, costumbres, oficios, vestidos, alimentos, tradiciones religiosas y
el ambiente en que viven esas comunidades rurales son parte de lo que puede
apreciarse en las pinceladas de este artista.
Su intención.
“Bajo mi propio riesgo intento expresar la cosmovisión y
filosofía de las etnias del país”, ha expresado al hablar de su trabajo.
Considera que en esos pueblos de la nación todavía se
conserva “un profundo misticismo y religiosidad”, y parte de esto es otro
elemento que él trata de reflejar en sus cuadros.
Al respecto, Belauzaran ha dicho que sus pinturas pueden
expresar todo respecto a ese tema. La mujer es la figura principal en sus
trabajos. Otros aspectos que llaman su atención son la indumentaria indígena y
la variedad antropológica de esta.
Debido a su larga trayectoria, este pintor ha mostrado su
trabajo en numerosos sitios. Hay lugares donde algunos de sus trabajos pueden
apreciarse permanentemente. En la ciudad de México hay cuadros suyos expuestos en
los hoteles Sheraton, Camino Real, Aristos y Nikko.
Ha realizado cerca de 20 exposiciones individuales en
galerías y otros espacios de las ciudades de México, Zihuatanejo, Puerto
Vallarta, Mazatlán, Acapulco, Pachuca, San Miguel de Allende, Monterrey y
Cuernavaca así como en Los Angeles, Cal., y en Cali, Colombia.
Entre las muestras colectivas en las que ha participado está
una en el Museo “Rufino Tamayo”.
Al parecer, es la primera vez que trae una exposición a esta
ciudad.
Por cierto, las autoridades encargadas de la galería del
Pasaje Picheta deberían poner mayor atención y dar mejor trato a los artistas
que exponen ahí sus trabajos.
En el caso de Belauzaran la información para el visitante
consiste en folletos pegados con cinta engomada en la puerta y la pared. No se
quiso gastar en un cartel debidamente elaborado con información sobre el
artista y la obra que ahí se muestra.
Los ciudadanos aportamos impuestos de sobra
para las tareas culturales y de otro tipo. Pero ese dinero no se destina a los
fines correctos. No cabe duda, la corrupción llega a todos los rincones.
(Mérida Cultura).