La fundación creada por ese empresario nos permite disfrutar parte de sus 64,000 obras de arte.
¿En
qué gasta su fortuna Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo? Si
quiere tener una aproximación a la respuesta entonces corra al Centro Cultural
Olimpo y verá parte de lo que este hombre ha comprado con su dinero.
Ahí
se exhiben desde esta semana una mínima porción de las 64,000 de pinturas,
esculturas y otras obras de arte que este acaudalado empresario ha comprado
en galerías y casas de subasta de Nueva York, Paris y otras importantes
capitales del planeta.
Para
resguardar y exhibir tal cantidad de piezas Slim construyó el Museo Soumaya
(nombre de su fallecida esposa) con inversión de 800 millones de dólares (unos
$11,000 millones actuales, casi cuatro veces lo que gasta el Ayuntamiento de
Mérida en un año).
En
esa singular, suntuosa y abundante colección de arte figuran obras de maestros universales
del arte occidental, como Auguste Rodin, Salvador Dalí, Murillo y Tintoretto.
Hay también piezas de la época prehispánica de Mesoamérica, arte novohispano,
pintura mexicana de los siglos XIX y XX y otras riquezas más.
Hace
unos días llegaron a Mérida 50 cuadros, esculturas y biombos que dan
idea de esa colección, la cual es tan vasta, que una persona necesitaría 64 años de
su vida para conocerla, viendo cada día 1,000 piezas.
Ese
conjunto de 50 obras integran la exposición “El Cuerpo, los Tesoros del Museo
Soumaya” que el Ayuntamiento puso a la vista de los yucatecos y los turistas en
el Centro Cultural Olimpo. Ese material estará ahí durante tres meses, en abril
se lo llevan.
Los
visitantes la recorren en medio de acciones de seguridad para evitar el daño o
robo. Hay un guardia armado con ametralladora, elementos de la Policía de
Mérida y vigilantes privados. La gente deja su bolso, maletín o mochila y
atraviesa un arco detector de metales antes de subir a la galería donde están
esa riqueza en arte.
Para
crear esa muestra se tomaron piezas de colecciones itinerantes del Museo
Soumaya. Por ejemplo, hay piezas de tres colecciones: “Rodín en México”, “La
era de Rodín” y “Del mito al sueño. Rodín…Dalí”.
Otra
muestra más de la que se tomaron piezas son de “Dalí. juego y deseo”. La
exposición “Viento detenido. Mitologías e historias
en el arte del Biombo” también cedió alguna pieza.
Otras
dos colecciones itinerantes que prestaron obras son “De casa y de calle. El
siglo XIX mexicano” y “Lo irrepresentable: muerte niña”.
Hay
además pinturas de Gibran Kahlil Gibran, el artista de origen libanés cuyas
cartas, manuscritos y objetos son ahora propiedad del dueño de América Móvil.
Entre
las esculturas de Salvador Dalí que llegaron a Mérida está una de las versiones
de “La persistencia de la memoria”, que se caracteriza por relojes derretidos,
tal como se ven en la pintura del mismo nombre. Otros bronces más del maestro español
del surrealismo son “Homenaje a Tepsícore”. “Hombre con mariposa”, “Mujer del
tiempo” y “San Jorge”, todos ellos de singular belleza estética.
Del
artista francés Auguste Rodin se exhibe una de esas esculturas que él elaboró
poniendo al cuerpo humano en posiciones inexistentes, lo cual generó
comentarios de que las elaboró viendo cadáveres en la morgue. En realidad son
obras que buscan reflejar desolación o el desencanto del autor con el mundo
industrializado.
Se
muestra también la escultura “Hacia la meta”, una pieza mediana compuesta por
tres atletas en posición de correr, elaborada por Alfred Boucher. Es una de las
piezas más conocidas mundialmente de este artista.
De
Antoine Bourdelle, otro escultor galo, se presume un busto de Madeleine
Charnaux, alumna del artista que fue una de las pioneras de la aviación. De
Renoir el público puede disfrutar el bronce “Maternidad”.
En
esta muestra que trajo el Ayuntamiento gracias al apoyo de la Fundación Carlos
Slim también hay dos biombos de José Joaquín Magón y Bernardo Rodríguez
Jaramillo elaborados a mediados del siglo XVIII. También llegaron cuadros de
santos y otras interesantes y bellas pinturas más.
Para
finalizar esta crónica hay que decir que el arte siempre sorprende o genera
emociones. Y debemos agregar que lo mismo ocurre cuando pensamos en la fortuna
de Carlos Slim. Ambas sensaciones surgen al visitar esta exposición del Centro Cultural Olimpo. (Mérida Cultura).
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