Este creador ya nos sorprendió con sus pinturas, ahora nos impacta con la gráfica.
Con 38 años
de edad y una década de trabajo el artista Rodolfo Baeza ya tiene un espacio
propio en el amplio mundo de la pintura figurativa con aire impresionista. Con sus exposiciones individuales y colectivas
ha sembrado su bandera de calidad en ese territorio. Nadie discute merece ese
sitio.
Su habilidad
para mostrarnos a la gente desde su perspectiva visual se extiende ahora a la
gráfica, otro terreno donde camina su creatividad en busca de nuevas puertas
para abrirnos su mundo pero sin obligarnos a interpretarlo de la misma forma
cómo él lo hace. Nos permite disfrutar del arte desde nuestras propias experiencias.
Baeza ha
navegado los ríos de las expresiones visuales mediante el dibujo, la
fotografía, el vídeo, la animación y la pintura. Esta última es la nave con la
que más recorridos ha realizado en el país y el extranjero. Pudimos apreciar
parte de sus obras en una muestra suya en el “Museo Fernando García
Ponce-Macay”, que lamentablemente permanece cerrado desde principios del año.
Ahora nos
muestra su última incursión, esta vez en la gráfica. Pero lo hace sin apartarse
de su línea figurativa, mostrando a personas en procesos de dolor, duda, inquietud
y otras expresiones más de los sentimientos profundos.
Dueto de juventud y talento.
En esta ocasión
elaboró grabados con varias técnicas y dibujos al carbón que exhibe junto con
las obras de otro joven pintor, amigo suyo e igual de talentoso: Ermilo Espinosa
Torre.
Esta
exposición que realizan juntos se llama “Entre la figuración y la revelación”, está
abierta desde principios de este mes en el Centro Cultural Olimpo.
Es la primera
vez este recinto recibe obras de Baeza, las cuales han sido mostradas en
galerías privadas, museos, recintos culturales públicos y privados e incluso
subastas, ya sea en exhibiciones colectivas o privadas.
Este creador
nació en el Distrito Federal pero es de padres yucatecos, incluso creció y
vivió en Mérida, excepto un lapso de 2001 a 2006 cuando residió en le metrópoli
hacer estudios de animación y fotografía.
El dibujo le
atrae desde niño. Es diseñador gráfico de profesión. En sus retratos, como ya
dijimos, busca reflejar emociones humanas. Su taller está en el barrio de
Santiago.
Te
recomendamos visitar la propuesta que nos trae en el ramo de la gráfica, un
segmento del arte que debería impulsarse más en Yucatán (Mérida Cultura).
Nota: La foto que muestra a Rodolfo Baeza fue tomada del Museo Fernando García Ponce-Macay)