lunes, 24 de agosto de 2015

Rodolfo Baeza en el grabado



 

 

Este creador ya nos sorprendió con sus pinturas, ahora nos impacta con la gráfica.


Con 38 años de edad y una década de trabajo el artista Rodolfo Baeza ya tiene un espacio propio en el amplio mundo de la pintura figurativa con aire impresionista.  Con sus exposiciones individuales y colectivas ha sembrado su bandera de calidad en ese territorio. Nadie discute merece ese sitio.

Su habilidad para mostrarnos a la gente desde su perspectiva visual se extiende ahora a la gráfica, otro terreno donde camina su creatividad en busca de nuevas puertas para abrirnos su mundo pero sin obligarnos a interpretarlo de la misma forma cómo él lo hace. Nos permite disfrutar del arte desde nuestras propias experiencias.


Baeza ha navegado los ríos de las expresiones visuales mediante el dibujo, la fotografía, el vídeo, la animación y la pintura. Esta última es la nave con la que más recorridos ha realizado en el país y el extranjero. Pudimos apreciar parte de sus obras en una muestra suya en el “Museo Fernando García Ponce-Macay”, que lamentablemente permanece cerrado desde principios del año.

Ahora nos muestra su última incursión, esta vez en la gráfica. Pero lo hace sin apartarse de su línea figurativa, mostrando a personas en procesos de dolor, duda, inquietud y otras expresiones más de los sentimientos profundos.
 

Dueto de juventud y talento.


En esta ocasión elaboró grabados con varias técnicas y dibujos al carbón que exhibe junto con las obras de otro joven pintor, amigo suyo e igual de talentoso: Ermilo Espinosa Torre.

Esta exposición que realizan juntos se llama “Entre la figuración y la revelación”, está abierta desde principios de este mes en el Centro Cultural Olimpo.

Es la primera vez este recinto recibe obras de Baeza, las cuales han sido mostradas en galerías privadas, museos, recintos culturales públicos y privados e incluso subastas, ya sea en exhibiciones colectivas o privadas.


Este creador nació en el Distrito Federal pero es de padres yucatecos, incluso creció y vivió en Mérida, excepto un lapso de 2001 a 2006 cuando residió en le metrópoli hacer estudios de animación y fotografía. 

El dibujo le atrae desde niño. Es diseñador gráfico de profesión. En sus retratos, como ya dijimos, busca reflejar emociones humanas. Su taller está en el barrio de Santiago.

Te recomendamos visitar la propuesta que nos trae en el ramo de la gráfica, un segmento del arte que debería impulsarse más en Yucatán (Mérida Cultura). 

Nota: La foto que muestra a Rodolfo Baeza fue tomada del Museo Fernando García Ponce-Macay)

sábado, 15 de agosto de 2015

Cataráta óptica



 

 

Llamativa exposición de doce artistas y un fotógrafo que sacuden la mente.


Postmodernidad,  simetría, eclecticismo, amalgama e inventiva son parte de los calificativos que puede aplicarse a las diez llamativas instalaciones que desde principios de este mes se exponen en el Centro Cultural Olimpo.

También se les puede asignar los adjetivos de naif, kitchs, outsider, transculturalidad y misticismo así como exuberancia, imaginario e Inclusivo. Todas las designaciones caben, ninguna por sí sola  alcanzaría para describir lo que ahí se muestra.

Realmente es difícil describir esa instalaciones, parecen un carnaval de arte. Pero al hacer esta afirmación caemos en el error de intentar describir con una o dos palabras en qué consiste ese trabajo que presentan 12 artistas, los cuales a su vez ofrecen también el reto de ser descritos o encajonados en una corriente creadora.

Esa exposición se denomina “Burbujas. Vivir en el arte”. Quien la bautizó de este modo se libró del quebradero de cabeza de intentar buscar un nombre que describa o englobe lo que ahí ve en esa sala.
Lo que sí se puede afirmar que quien ingresa para visitarla recibe un golpe visual. Un torrente de colores, formas, estructuras y detalles caen sobre ojos, es una divertida catarata óptica que sacude al cerebro.     

Las burbujas

 
José Luis Rodríguez de Armas fue encargado de reunir a esos creadores cuyo trabajo genera disfrute o reflexión o ambas cosas. 

Este curador señaló que en esa exposición de instalaciones el espectador es quien da una interpretación a lo que ahí ve. Cada instalación es una burbuja con una intención, el visitante debe descubrir cuál es esta.

Explicó que el nombre de “Burbujas” se escogió para designar esos espacios llenos de imaginación.

Los 12 expositores (dos mujeres y diez varones) no quieren ser catalogados dentro de alguna corriente artística. Pero ante la presión al respecto consideran que ellos caen dentro del calificativo de “outsiders”, aquellos que realizan actividades cercanas a lo que generalmente se conoce como arte, pero sin ser reconocidos como artistas.

Esas instalaciones fueron realizadas por Guillermina Pech, Carmen Tec Sulub, Carlos Cámara Freyre, José Juan Guillermo Cetina, José Collí Poot, Eddie Cofy, Yul Sergei Durán Chong, Israel Koh, José del Carmen Martínez Encalada, Ricardo Ortegón Padrón, Hilario Quintal Balam y José Urzaiz Ancona.

El proyecto “Burbujas” comenzó a gestarse hace un año cuando el curador descubrió a parte de esos creadores. Al resto los contactó por recomendación de sus alumnos.

Los trabajos de esos “outsiders” está en sus talleres-bodega. Para apreciar cómo son estos, el fotógrafo Pim Shalkwijk los visitó para realizar imágenes en gran formato de esos sitios y colocarlos junto con las instalaciones. 
De esta forma, el público que vista la muestra tiene la impresión de entrar al sitio de labores que ahí se presentan.

Esta exposición permanecerá abierta al público hasta el último día de octubre. Te recomendamos asistir y generar tu propio calificativo para estas instalaciones (Mérida Cultura).

domingo, 9 de agosto de 2015

Mirada artística a las etnias



 

 

La obra de León Belauzaran visita Mérida.


Las poblaciones indígenas del país siempre han despertado interés entre los artistas visuales. La profusión de elementos que hay en la vida de esos pueblos impele a los artistas a capturarlos en pinturas, fotografías, esculturas y otros medios más para mostrar la singular belleza de esas comunidades, sus particulares formas de vida o la estrujante desigualdad que padecen.

El pintor chihuahuense León Belauzaran es uno de ellos. Esto puede verse desde la semana pasada en esta ciudad en una exposición de 18 cuadros de distintas técnicas y tamaños que ese artista montó en el Pasaje Picheta.

Con 66 años de edad este creador sigue gustosamente atrapado en la pluralidad antropológica de las etnias mexicanas. Esa es la principal corriente de su pincel desde que dejó las escuelas San Carlos y La Esmeralda y se lanzó a la conquista de sus propios espacios. Ese camino lo comenzó en su condición de alumno de distintos pintores que lo ayudaron a emprender su camino hacia temas mexicanos.

En sus obras este creador nos muestra aspectos de algunos de los muchos pueblos indígenas que forman la riqueza cultural mexicana. Los quehaceres, costumbres, oficios, vestidos, alimentos, tradiciones religiosas y el ambiente en que viven esas comunidades rurales son parte de lo que puede apreciarse en las pinceladas de este artista.

Su intención.

 
“Bajo mi propio riesgo intento expresar la cosmovisión y filosofía de las etnias del país”, ha expresado al hablar de su trabajo.

Considera que en esos pueblos de la nación todavía se conserva “un profundo misticismo y religiosidad”, y parte de esto es otro elemento que él trata de reflejar en sus cuadros.  

Al respecto, Belauzaran ha dicho que sus pinturas pueden expresar todo respecto a ese tema. La mujer es la figura principal en sus trabajos. Otros aspectos que llaman su atención son la indumentaria indígena y la variedad antropológica de esta.  

Debido a su larga trayectoria, este pintor ha mostrado su trabajo en numerosos sitios. Hay lugares donde algunos de sus trabajos pueden apreciarse permanentemente. En la ciudad de México hay cuadros suyos expuestos en los hoteles Sheraton, Camino Real, Aristos y Nikko.

Ha realizado cerca de 20 exposiciones individuales en galerías y otros espacios de las ciudades de México, Zihuatanejo, Puerto Vallarta, Mazatlán, Acapulco, Pachuca, San Miguel de Allende, Monterrey y Cuernavaca así como en Los Angeles, Cal., y en Cali, Colombia.

Entre las muestras colectivas en las que ha participado está una en el Museo “Rufino Tamayo”.
Al parecer, es la primera vez que trae una exposición a esta ciudad.

Por cierto, las autoridades encargadas de la galería del Pasaje Picheta deberían poner mayor atención y dar mejor trato a los artistas que exponen ahí sus trabajos. 

En el caso de Belauzaran la información para el visitante consiste en folletos pegados con cinta engomada en la puerta y la pared. No se quiso gastar en un cartel debidamente elaborado con información sobre el artista y la obra que ahí se muestra. 
Los ciudadanos aportamos impuestos de sobra para las tareas culturales y de otro tipo. Pero ese dinero no se destina a los fines correctos. No cabe duda, la corrupción llega a todos los rincones. (Mérida Cultura).  

domingo, 2 de agosto de 2015

Pintura y gráfica juntas


Hiperrealismo. Obra de Ermilo Espinosa.

 

 

Dos jóvenes artistas y amigos comparten una exposición.



Las salas de exposiciones del Centro Cultural Olimpo reabrieron sus puertas después de unas semanas que estuvieron cerradas para realizarles mejoras. La apertura de esos espacios se hizo con la inauguración, el sábado pasado, de interesantes muestras de pintura,  grabado e instalación.

De Ermilo Espinosa
Una de ellas reúne a dos creadores del ramo: Ermilo Espinosa Torre y Rodolfo Baeza, quienes exhiben ahí trabajos pictóricos y de gráfica que permiten al público conocer y comparar las características que identifican al trabajo de cada uno de estos artistas así como sus inquietudes creativas y los recursos que utilizan para expresarla y transmitirla al espectador.

Esa exposición se denomina “Entre la figuración y la revelación”, su tema central son las emociones y el ser humano. Son 18 obras en total, de las cuales cuatro son óleos de gran formato y 14 son grabados y dibujos hechos con carboncillo.

Los dos jóvenes pintores son amigos y colegas de oficio.

Ermilo Espinosa, quien hasta hace unos días estaba en Francia participando en el Festival Internacional de Arte Contemporáneo Apart, muestra en esta ocasión cuatro retratos –su especialidad- en óleo sobre tela, en gran formato. Son del género hiperrealista, el cual domina bien este creador. Si bien se explicó que esa apariencia fotográfica que tienen sus cuadros se logra en parte aplicando los pigmentos con muchas capas, lo cierto es que esas obras se logran con talento, mucha paciencia y gran dominio del pincel. 

Otro trabajo de Espinosa
Esas cuatro obras se titulan  “El collarito de nada”, “Ky Le”, “El murmullo de la flor” y “Ermilo”. Este último es un retrato que él realizó a su abuelo, el conocido pintor yucateco Ermilo Torre Gamboa. En alegre casualidad, este último también está exponiendo en estas fechas en el Centro Cultural Olimpo, en otra de las salas remozadas.

El óleo “Ermilo” lo vimos exhibido en el Museo de la Ciudad, en ocasión de un homenaje que la Dirección de Cultura del Ayuntamiento rindió a Torre Gamboa.

Por su parte, Rodolfo Baeza muestra su obra gráfica. Presenta 14 grabados y dibujos al carboncillo que realizó en los últimos cinco años. Entre los cuadros expuestos están  “Luz”, “La muerte vive”, “Dalia”, “El golpe” y “Yo soy otro tú”.

Este artista considera que la gráfica es un lenguaje importante pues permite reafirmar los conocimientos que se tienen como artista visual, dibujante y pintor. “Cada original va enumerado pero todas las obras son hechas por la mano del autor”, explicó.
 
Rodolfo Baeza con sus obras de grabado y carboncillo.
Rodolfo Baeza reveló que su inspiración viene de la vida, de todo lo que sucede a su alrededor, tanto objetos como personas. También lo inspiran las emociones. En sus cuadros predominan los rostros humanos. 

Sobre esta exposición que comparte con Ermilo Espinosa, dijo es un ejemplo de que la creación pictórica y grafica “se llevan bien”.

Reveló que actualmente está elaborando cuadros a óleos en gran formado y también algo de gráfica. Esto lo exhibirá  el próximo año. (Mérida Cultura)