Hoteles que no se limitan al servicio de alojamiento
abren espacios para los artistas.
Para los pintores y otros artistas visuales
resulta un reto hallar galerías, museos y otros espacios similares más, tanto
públicos como privados, para poner sus obras al paso de la gente y poder venderlas.
Por fortuna, en Mérida hay dos hoteles que
hace tiempo establecieron programas de apoyo a ese sector del medio artístico
mediante el ofrecimiento de espacios fijos para exhibir sus obras ante los
turistas y la población en general.
Esos establecimientos de hospedaje son Posada
Toledo y Casa del Balam, ambos ubicados en el Centro Histórico, en la misma
calle, separados tan sólo por una esquina. En esa zona hay otros hoteles,
también están ahí el teatro “José Peón Contreras”, la Universidad Autónoma de
Yucatán y el Callejón del Congreso, que son sitios de paso obligado de los
turistas.
El hotel Posada Toledo está ubicado en el
cruce de las calles 57 y 58, tiene una sala especial para exposiciones, con
ventanales que dan a la calle, de modo que desde afuera se puede tener una idea
de los trabajos que ahí se exhiben. Además, ese salón está en la entrada del
edificio, antes de llegar a la recepción, de modo que es fácil acceder y salir
de él, no es necesario preguntar dónde se localiza la galería.
Varios artistas, noveles y consagrados, han
mostrado ahí sus trabajos de pintura, escultura, gráfica, dibujo, alebrijes y
fotografía. También han exhibido ahí sus creaciones estudiantes de los maestros
Alonso Gutiérrez, Ariel Guzmán y Manuel May Tilán.
Un elemento que propicia la apertura de ese
espacio hacia el arte es que su propietaria, Elizabeth Pasos Millet, es parte
del gremio artístico local, es pintora y fotógrafa. Ella y el pintor Alonso
Gutiérrez son los coordinadores de ese espacio cultural, en el cual también se
ofrecen cursos y talleres.
Actualmente la señora Pasos Millet expone y
vende ahí parte de sus obras, son 24 trabajos de corte impresionista, de
distintos tamaños y motivos. Los precios van de $2,000 a $16,000. “Sueños”,
“Nubes”, “Chiles”, “Carnaval” “Tornado”, “Embelezos”, “Jacarandas” y “Lunada”
son los títulos de algunos de esos trabajos.
Respecto al hotel Casa del Balam, localizado
en el cruce de las calles 57 y 60, la idea de ofrecer espacios a los artistas
visuales surgió en el año 2000, cuando en el mundo creció el interés hacia la
civilización maya debido a la presunta profecía del “fin del mundo” que habría
pronosticado ese pueblo y estaba anunciado en su calendario astronómico.
Ante ello, los propietarios de ese
establecimiento de hospedaje, organizaron exposiciones y charlas sobre el tema,
dirigidas a los turistas. A partir de ello quedaron abiertos en forma
permanente dos espacios.
Uno de ellos es un pequeño salón, donde hay unos diez
cuadros, entre ellos una hermosa litografía de gran tamaño que se ofrece en
$25,000.
El otro son las paredes de una terraza donde se sirven desayunos y se
dan servicios especiales a grupos que quieren comer en privado. Actualmente en
este sitio hay una muestra de estudiantes de pintura.
La administración del hotel acostumbra
cambiar cada semana las exposiciones, de modo que al mes se puede ver ahí al
menos el trabajo de cuatro artistas diferentes. Esta semana se exhiben ahí
acuarelas y óleos de Gloria Arenas e Iván Baltazar.
Hay otros hoteles y restaurantes pequeños en
esta ciudad con proyectos similares de apoyo a la comunidad artística. Es una
buena estrategia con beneficios para los establecimientos (tienen difusión y
atraen clientes), los artistas (cuentan con más espacios para mostrar su
trabajo) y la población (se acerca al arte y conoce nuevas ofertas
comerciales).
Lo que falta es que las autoridades
municipales, estatales y federales (son empleados de todos nosotros, los
ciudadanos) apoyen esos esfuerzos y contribuyan a darles difusión (Mérida
Cultura).
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