Concluyó la primera muestra individual de Mercedes
Zaragoza.
Llegamos tarde, pero llegamos. En la víspera
de que concluya la primera exposición individual de la pintora Mercedes
Zaragoza, en una de las galerías del teatro “José Peón Contreras”, pudimos
echar un vistazo a las 29 obras que esta artista y publicista reunió en su
debut individual con la paleta y el pincel.
El nombre de esa muestra es “El color de los
sueños”, se abrió a mediados de febrero y llegó a su fin este domingo 15. Lo
primero que captó nuestra atención de ese trabajo es el llamativo uso de los
colores. Lo segundo, es un cierto aire surrealista en los temas abordados. Los
protagonistas surgen de la mente, son criaturas de la imaginación.
Los
personajes en la mayoría de esos cuadros son interesantes representaciones de
una realidad ingenuamente modificada. La naturaleza y los niños están presente
en casi todos esos trabajos.
Esta pintora, quien ya ha participado en
muestras colectivas, indica que esa exposición es un homenaje a uno de los
maestros de pintura que ella tuvo y que, al parecer, influyó mucho en ella:
Alfonso Durán Vázquez, fallecido en 2013 y con el cual trabajó durante cinco
años.
Mercedes pinta con frecuencia, esa tarea
creativa es parte de su existencia. “Para mí la pintura es más que poner imágenes y
colores en un lienzo, es mi manera de mantener la coherencia y la armonía en mi
vida”, expresa al explicar la razón por la que se dedicó al arte.
Dice que cuando ella entra a su estudio
siente que ingresa a un refugio seguro donde puede platicar, y retratar, a
personajes que se encuentran en la naturaleza pero escondidos al ojo humano.
“Sin embargo, ellos conviven con nosotros a cada instante”, afirma.
¿En qué se inspira ella para hacer sus
cuadros? La repuesta, señala, es variada: los recuerdos de su infancia, los
mercados de la ciudad de México con sus extravagantes y vibrantes colores, los
atardeceres yucatecos, los árboles “lluvia de oro” y flamboyán, sus perros y el
amor a su familia.
El conocido pintor yucateco Alonso Gutiérrez,
quien fue uno de sus profesores, da su opinión sobre este trabajo:
-Es muy difícil, casi imposible, encasillar
la obra de un pintor en un estilo, más aún en su primera muestra individual, en
su primera y definitiva voluntad de compartirnos lo que este hace después de
largos años de búsqueda e inquietudes.
-En el caso de Mercedes Zaragoza sorprende la
unidad de su trabajo luego de todos esos años de dudas y aparente
desorientación.
-Habiendo cursado la licenciatura en Publicidad en la
Universidad interamericana y la maestría en Mercadotecnia en el Instituto
Universitario Patria, pasó por los talleres de los pintores Maggie Herrera y
Ariel Guzmán. Se encuentra, por fin, a sus anchas con el
pintor Alfonso Durán Vázquez, del que aprende los últimos toques y recibiendo
el empujón definitivo que ella necesita.
-De Durán (amigo de Leonora Carrington, y
quien es un maestro de quien se decía que pintaba marinas pero que en realidad
eran submarinas por lo fantástico de sus obras) Mercedes aprende a dejar salir
lo que verdaderamente siente y desea, rodeada de esa luz de profundas aguas.
-En su pintura –finaliza- se puede ver algún
colorido de Tamayo, con la libertad y gracia de la zoomorfia de Toleto, e
indudablemente un trasfondo “naive” surrealista pero (¡qué difícil es
describirlo!) circunscrito a esa magia personalísima, espontánea, que brota
de su pincel con aparente facilidad para traducirse en una factura de singular
belleza
En la visita que nosotros hicimos a esa
exposición nos pareció que la obra de esta artista es asequible, directa,
franca, creativa y con mucha inocencia.
“Mi pintura es sencilla”, expone ella. “No
pretende dar mensajes ni crear polémica. Si pudiera describirla en una palabra,
diría que es divertida”. (Mérida Cultura).
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