Mariela Romero de la Peña es de esos casos singulares en que una artista sobresale en dos disciplinas de géneros distintos.
Mediante un duro, tenaz
trabajo para alcanzar altos niveles de técnica, calidad y expresión, Mariela
Romero de la Peña colocó hace tiempo su nombre en el sitial de la
danza clásica de Yucatán e incluso lo hizo brillar en otras marquesinas
de ese arte escénico.
Siguiendo el mismo camino
logró también, desde hace buen tiempo, conquistar otra cúspide pero en el campo
del arte visual. Desde hace varios años ella es considerada una sobresalienta
pintora cuyas obras alcanzan precios que pocos artistas de ese campo consiguen.
Danza y pintura son
disciplinas que se rindieron ante la conjunción de talento, disciplina y
esfuerzo que Mariela Romero pone en esas actividades. Para confirmarlo hay que
visitar la nueva exposición que ella puso desde hace 15 días a la vista del
público en el aeropuerto de esta ciudad, en la galería que ya lleva más de una
década mostrando el talento de artistas locales y albergando otro tipo de exhibiciones.
Con el título de “Fragmentos
de Gracia 2” la pintora ofrece de nuevo una colección de trabajos con lápiz de
color. Son siete cuadros de distintos tamaños, todos ellos con el tema de la
naturaleza (flora y fauna), el mismo que dominó en otra muestra similar
denominada “Fragmentos de Gracia 1”.
El dibujo con carboncillo o
lápiz es una de las formas más antiguas de expresión pictórica. Y al inventarse el grafito a color los artistas que tienen preferencia hacia esa técnica pictórica vieron ampliadas
sus posibilidades en la combinación de líneas, sombreado y tonos para lograr
obras de arte.
El lápiz a color es lo mejor para quien no quiere líos con el
caballete o las molestias del polvo y manchas que implican trabajar con la técnica
de pastel, otra vía para lograr efectos similares a los que se obtienen con los lápices.
En esta nueva exposición Mariela
Romero presenta siete trabajos. Hay flamencos, flores de pitahaya, un jaguar,
ninfas, loros , pericos y par de soberbios tigres de bengala bien logrados.
Ante
el trabajo de esta artista el espectador debe hacer algo similar con lo que se aconseja en
el matrimonio: observar a la pareja de cerca y de lejos para conocer detalles y
también apreciar la belleza del conjunto.
A la distancia hay cuadros de Mariela
que parecen fotografías debido al gran realismo logrado. Y al aproximarse a
ellos se gozan los detalles de pacientes trazos, finos y delicados que son necesarios
lograr detalles que aportan calidad al trabajo.
Con su pintura ocurre lo
mismo que con las actuaciones de ballet que nos obsequió en muchas
presentaciones. Cada movimiento podía disfrutarse aislado o como parte de una
coreografía, según la aproximación que el público eligiera. (Mérida Cultura).
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