jueves, 6 de febrero de 2014

Felipe Juárez, artista por casualidad


Desde enero pasado y hasta marzo próximo se podrá conocer en el Pasaje de la Revolución el trabajo de ese escultor.
Los árboles guardan en sus cuerpos formas y figuras que están ocultas para los humanos. Estas salen a la luz cuando esos ejemplares pierden ramas o son derribados y sus  maderos caen en manos de Felipe Juárez Silva, un jubilado que hace diez años descubrió fortuitamente su inclinación hacia la escultura.
Este artista de la talla, vecino de Tixkokob, se caracteriza por interpretar esas piezas y entonces retirar de ellas las partes sobrantes para crear figuras humanas y de animales cuyas posiciones son definidas por la estructura que ya tenía la pieza antes de ser labrada.
El año pasado en este Blog presentamos parte del trabajo de Juárez Silva e informamos de la forma como se inició en la escultura de madera. Después del paso del huracán Gilberto recorrió su pueblo para ver la devastación dejada por ese meteoro.
En esa caminata halló un árbol de zapote derribado, y entonces decidió usar es madero para hacer una banca. Sin embargo observó que la pieza semejaba toscamente la figura de una persona agachada, y entonces tomó una coa y un machete para terminar de extraer esa forma en  la madera.

A partir de esa experiencia decidió moldear otras piezas que la casualidad pusiera en su camino. Diez años después de su primer trabajo se convirtió en escultor, ahora destina su tiempo libre de jubilado  a realizar sus tareas. 
En sus trabajos utiliza piezas de cedro, mora, jabín y zapote, todas ellas de distintos tamaños. Una vez que termina cada escultura las barniza para darles brillo y mejor apariencia. 


Actualmente el profesor jubilado exhibe 25 de esas piezas en el Pasaje de la Revolución. Esa muestra es parte de las exposiciones que durante enero, febrero y marzo programó el Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán (Macay), el cual ahora lleva el nombre del pintor yucateco Fernando García Ponce. 

Al parecer, es la primera vez en que hay tantas piezas de una colección en ese pasaje, el cual es un sitio apreciado para la exposición de obras artísticas debido a la cantidad de personas que transitan por ahí. Esto permite que un mayor número de personas tenga contacto con las creaciones salidas de manos de los artistas locales. (Mérida Cultura).

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