lunes, 10 de marzo de 2014

El surrealismo de Alfredo Castañeda.



 

El Macay ofrece la oportunidad de conocer el imaginativo trabajo de este artista.


Cuando al fin pudimos acudir al Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán (Macay) para ver la exposición pictórica de Alfredo Castañeda no sospechábamos que nos encontraríamos con una interesante muestra de la corriente surrealista. Es un trabajo que genera sorpresa por su creatividad y fantasía.

Esa muestra consta de 19 obras del artista fallecido en 2010 y son parte de la colección de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual las obtiene mediante el sistema que siguen muchos artistas de pagar sus impuestos mediante la entrega de una parte de sus trabajos a esa dependencia.

Según información del Macay, Alfredo Castañeda tenía 12 años de edad cuando comenzó a estudiar dibujo y pintura con su tío Ignacio Iturbide, se graduó de arquitecto en la UNAM y por un tiempo combinó sus tareas de arquitectura y pintura. 
Viajó por España, Francia y Portugal, y a partir de 1971 se dedicó de tiempo completo a la pintura. Fue en Madrid donde falleció este pintor. Sus obras han sido exhibidas en España y Estados Unidos.

Esta exposición se denomina “Dimensiones insospechadas” es el título de esta muestra, que, según el Macay, “invita a un estado contemplativo, de indagación sobre los misterios que narran las diversas situaciones con las que nos seducen sus cuadros”. 

El texto de la presentación de esta exhibición de pinturas también señala que “Las atmósferas melancólicas y la constante que caracteriza su obra, los autorretratos, distantes y al mismo tiempo cercanos, nos confrontan con dualidades existenciales, en ser y no ser, estar y desaparecer o desintegrarse poco a poco, romperse o evaporarse”.

Se agrega que los temas abordados por Alfredo Castañeda parten de la autorreflexión, del autoconocimiento, así como de su admiración por escritores como San Juan de la Cruz, Dante, T. S. Eliot y Rainer María Rilke, que son su fuente de inspiración.


Se apunta que, sin embargo, este pintor no busca ilustrar el mundo literario, sino que se alimenta de él y lo refleja en su muy particular lenguaje pictórico que logra por medio de diversas técnicas, como el óleo y la gráfica, en las que incursionó de manera afortunada.

Esta exposición se abrió en enero pasado y concluirá este mes. Todavía estás a tiempo de visitarla, la entrada es gratuita. (Mérida Cultura).

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