sábado, 21 de marzo de 2015

Arte y hospedaje


 

 

 

 

Hoteles que no se limitan al servicio de alojamiento abren espacios para los artistas.

 

Para los pintores y otros artistas visuales resulta un reto hallar galerías, museos y otros espacios similares más, tanto públicos como privados, para poner sus obras al paso de la gente y poder venderlas.

Por fortuna, en Mérida hay dos hoteles que hace tiempo establecieron programas de apoyo a ese sector del medio artístico mediante el ofrecimiento de espacios fijos para exhibir sus obras ante los turistas y la población en general.

Esos establecimientos de hospedaje son Posada Toledo y Casa del Balam, ambos ubicados en el Centro Histórico, en la misma calle, separados tan sólo por una esquina. En esa zona hay otros hoteles, también están ahí el teatro “José Peón Contreras”, la Universidad Autónoma de Yucatán y el Callejón del Congreso, que son sitios de paso obligado de los turistas.

El hotel Posada Toledo está ubicado en el cruce de las calles 57 y 58, tiene una sala especial para exposiciones, con ventanales que dan a la calle, de modo que desde afuera se puede tener una idea de los trabajos que ahí se exhiben. Además, ese salón está en la entrada del edificio, antes de llegar a la recepción, de modo que es fácil acceder y salir de él, no es necesario preguntar dónde se localiza la galería.

Varios artistas, noveles y consagrados, han mostrado ahí sus trabajos de pintura, escultura, gráfica, dibujo, alebrijes y fotografía. También han exhibido ahí sus creaciones estudiantes de los maestros Alonso Gutiérrez, Ariel Guzmán y Manuel May Tilán.

Un elemento que propicia la apertura de ese espacio hacia el arte es que su propietaria, Elizabeth Pasos Millet, es parte del gremio artístico local, es pintora y fotógrafa. Ella y el pintor Alonso Gutiérrez son los coordinadores de ese espacio cultural, en el cual también se ofrecen cursos y talleres.

Actualmente la señora Pasos Millet expone y vende ahí parte de sus obras, son 24 trabajos de corte impresionista, de distintos tamaños y motivos. Los precios van de $2,000 a $16,000. “Sueños”, “Nubes”, “Chiles”, “Carnaval” “Tornado”, “Embelezos”, “Jacarandas” y “Lunada” son los títulos de algunos de esos trabajos.

Respecto al hotel Casa del Balam, localizado en el cruce de las calles 57 y 60, la idea de ofrecer espacios a los artistas visuales surgió en el año 2000, cuando en el mundo creció el interés hacia la civilización maya debido a la presunta profecía del “fin del mundo” que habría pronosticado ese pueblo y estaba anunciado en su calendario astronómico.

Ante ello, los propietarios de ese establecimiento de hospedaje, organizaron exposiciones y charlas sobre el tema, dirigidas a los turistas. A partir de ello quedaron abiertos en forma permanente dos espacios.
Uno de ellos es un pequeño salón, donde hay unos diez cuadros, entre ellos una hermosa litografía de gran tamaño que se ofrece en $25,000.
El otro son las paredes de una terraza donde se sirven desayunos y se dan servicios especiales a grupos que quieren comer en privado. Actualmente en este sitio hay una muestra de estudiantes de pintura.

La administración del hotel acostumbra cambiar cada semana las exposiciones, de modo que al mes se puede ver ahí al menos el trabajo de cuatro artistas diferentes. Esta semana se exhiben ahí acuarelas y óleos de Gloria Arenas e Iván Baltazar.

Hay otros hoteles y restaurantes pequeños en esta ciudad con proyectos similares de apoyo a la comunidad artística. Es una buena estrategia con beneficios para los establecimientos (tienen difusión y atraen clientes), los artistas (cuentan con más espacios para mostrar su trabajo) y la población (se acerca al arte y conoce nuevas ofertas comerciales).

Lo que falta es que las autoridades municipales, estatales y federales (son empleados de todos nosotros, los ciudadanos) apoyen esos esfuerzos y contribuyan a darles difusión (Mérida Cultura).  

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